las universidades no forman profesionales para envenenar aguas ni matar
las universidades no forman profesionales para envenenar aguas ni matar
CARTA AL DIRECTOR:
Hace poco tiempo, el Dr. Manuel Fontenla expresaba, mediante una carta pública, su opinión sobre la actividad minera; convengamos que las opiniones son libres y no parten –necesariamente- del conocimiento y que tampoco lo generan.
En las universidades se enseñan el respeto y la ética profesional. Básicamente, el respeto es no tratar a los que no piensan como uno de ignorantes y la ética es no incurrir en terrenos de otras especialidades que se desconocen; también el sentido común nos dice que al tener un título universitario hay que ser cuidadosos en nuestras afirmaciones y dichos, pues la mayoría piensa que es cierto lo que dijo el “doctor”, “ingeniero”, “licenciado”, etc. y eso, si falta a la verdad, engaña…
A principios de este siglo, consultado el exdiputado “Negro” Nieto, de Movilización, respecto a que en Andalgalá se decía que Alumbrera tiraba bombas para que no lloviera y él respondió que en la ciudad decían lo mismo de los olivareros; y en cuanto a que no se aclarara que esas bombas no existen, él contestaba que si “el pueblo” creía que sí, mejor no decir nada y citaba frases de Heidegger y otros filósofos. Ahí está el error: no aclarar que lo que dicen y afirman aquellos que no conocen una actividad, transforman a sus afirmaciones en “realidad”. Por eso algunos creen que lo que dice un asambleísta o maestro de grado o profesora de literatura con respecto a la minería, es verdad, cuando en realidad son afirmaciones extraídas de personas descuidadas de la ética y el respeto prudente.
Todos sabemos que para hacer un puente no se convoca a sastres, maestros, filósofos o astrónomos. No se contrata un biólogo para hacer estudios de suelos, tal vez un arquitecto y seguro que un ingeniero civil.
En el caso específico de la minería, es bueno dar a conocer qué hacen los ingenieros de Minas, que son los que están al frente de todas las operaciones mineras en Argentina y el mundo, pues las empresas no están manejadas por “José Agua Rica”, ni por “Carlos Veladero” o “Pedro Alumbrera”, sino por ingenieros en Minas, formados en universidades argentinas.
Allí los alumnos son formados –en una carrera de cinco años de duración- conforme a programas integrados para esta especialidad, con las adaptaciones necesarias para cada provincia.
Las universidades educan profesionales idóneos, responsables y conscientes de su papel en la sociedad, y NO egresados para que contribuyan a la desaparición de poblaciones, envenenen aguas y produzcan muertes de personas, animales o plantas.
EXTRACTO DE UNA CARTA ESCRITA Y FIRMADA POR EL COLEGIO DE MINAS, PODES LEERLA COMPLETA EN “EL ANCASTI.COM.AR/ OPINION”
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