La estrategia utilizada para curar el VIH «es cara
Pisarle los talones cada vez con más contundencia al virus del VIH/sida ya es una realidad. Así lo demuestran los primeros ensayos con el paciente Timothy Brown en 1995 -conocido como «el paciente de Berlín»- y el que se publicó y conoció ayer en la revista Nature -conocido como «el paciente de Londres»- que no solo replicó el éxito de «Berlín», sino que agregó luz a una estrategia científica aún para pocos.
La amplificación global acerca de las últimas noticias sobre VIH/Sida tienen como marco la Conferencia CROI (Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections, en idioma inglés) que se está celebrando en Seatlle, Washington, entre el 4 y el 7 de marzo. Estos últimos ensayos confirmaron que han conseguido eliminar el VIH de una persona infectada mediante un trasplante de médula. Lo relevante de la estrategia fue que introdujo una idea que algunos infectólogos denominan «prueba conceptual» que demuestra que se puede eliminar el VIH de los reservorios celulares, y que la situación se mantiene, aún si se suspende la medicación de los infectados: el equivalente a una cura.
Lo que aún no se logró demostrar es que ésta sea la mejor manera de conseguir la tan ansiada eliminación del virus, y así planteado no representa una opción para una mayoría. Sino que requiere pacientes que necesiten como opción vital de un trasplante de médula ósea, luego de padecer un cáncer, Linfoma de Hodgkin u otros, como era el caso del paciente de Londres.
Cabe señalar que una operación de médula tiene un riesgo de mortalidad alto -superior al 10%- y representa un proceso de alta vulnerabilidad para el paciente: para «reemplazar» las células enfermas por las células madres (sanas y nuevas) se debe realizar en el paciente una fuerte inmunosupresión. Allí aparecen contraindicaciones: riesgo, tiempo, secuelas e incluso precio.
En ambos casos, en el «paciente de Berlín» y en «el paciente de Londres», la clave del éxito estuvo en trasplantar a los pacientes una médula ósea con una mutación -el gen delta 32-CCR5 – que impidió al VIH buscar refugio en el interior de la médula.
Fuente: infobae